martes, 25 de enero de 2011

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¡Cuánto tiempo dura mi viaje, y qué largo es mi camino!

Salí en la carroza del primer albor, y caminé a través de los desiertos de los mundos, dejando mi rastro por las estrellas infinitas.

La ruta más larga es la que sale más pronto a ti, y la más complicada enseñanza no lleva sino a la perfecta sencillez de una melodía.

El viajero tiene que llamar, una tras otra, a todas las puertas extrañas para llegar a la suya; ha de vagar por todos los mundos de afuera, si quiere llegar al fin a su santuario interior.

Mis ojos erraron por todos los confines antes de que yo los cerrara diciendo: “Aquí estás”. Y el grito y la pregunta: “¡Ay!, ¿dónde?”, se derriten en las lágrimas de mil raudales y ahogan el mundo con el desbordamiento de su “¡Yo soy!”.  

Rabindranath Tagore